Dejemos de ser un paparazzi / Edison Narváez

Columnistas, Opinión

Ambato ya no es una ciudad de paz aunque tenga gente buena y amable, hay una violencia que emerge como un caldo de cultivo y que en ocasiones queremos ignorarla. Evidentemente, los problemas de violencia son consecuencia de la pésima educación, de las condiciones de pobreza, del abandono, del machismo, del afán por hacer dinero fácil; y hoy ésta violencia también es consecuencia de la inmigración.
Ciertamente, la crisis política y económica que atraviesan países socialistas como Cuba y Venezuela ha acelerado la cantidad de gente que huyen de su país; de hecho según la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) cerca de 236.000 venezolanos ingresaron a Ecuador entre 2016 y 2017, convirtiendo a Ecuador en un país tanto de destino como de tránsito para esta gente que se dirige hacia Perú y Chile.

Estimados lectores , el fenómeno migratorio que enfrenta el país no es tanto un problema laboral que afecte a la economía nacional, porque la mayoría de inmigrantes al igual que un gran `porcentaje de ecuatorianos encuentra su sustento en el mercado informal, Entonces el problema más allá de económico es social, aunque lo social y lo económico siempre van de la mano, sin embargo se dificulta cada vez más por la generación de actos delincuenciales y de violencia que causan traumas colectivos a ciudades pequeñas como Ambato acostumbrada a vivir en una relativa calma.

Quizá es hora de que el país revise su política migratoria de puertas abiertas heredada del gobierno anterior, cuando el Presidente Correa decidió que los extranjeros pueden ingresar al país sin portar visa, decisión amparada entiendo en el concepto de ciudadanía universal anexada a nuestra constitución.
Ambateños, reconozcamos que existe violencia en la ciudad, sea nuestra o traída por los inmigrantes pero estamos conviviendo en medio de este monstruo y sino trabajamos sobre ello ésta lacra irá creciendo como un monstruo alimentado por la desidia. No perdamos la solidaridad, dejemos de ser un “paparazzi”, filmando y tomando fotos cuando nuestros vecinos y conciudadanos están en dificultades. Construyamos nuestra paz. (O)

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