¡De regreso a casa! / Gabriel Morales Villagómez

Columnistas, Opinión

Sobrecoge sobre manera el mirar pasar por las calles de Quito los restos mortales de los tres periodistas de diario El Comercio, asesinados en el cumplimiento de su trabajo, “vuelven a casa desde Colombia”. Sus muertes constituyen un tributo a la libertad de expresión y a la lucha por los derechos intrínsecos del ser humano.

Al su paso los transeúntes aplauden, les arrojan flores y en silencio flamean la bandera nacional. ¡Bien venidos a casa compatriotas! las lágrimas son incontenibles, dolor y llanto, hay sentimientos encontrados, aunque es una tarde soleada, el ambiente se torna triste y desolador. ¿Cómo asimilar estos crímenes tan infames? ¿Cómo encontrar sentido a sus muertes?

Lo que parecía ser irreal y lejano, lo que nos negamos a aceptar, lo que parecía un sueño, con la llegada de los cuerpos se torna en una triste realidad, ¡no están vivos!, nunca más volverán al seno familiar, ni a su lugar de trabajo, ya no podremos leer los reportajes de Javier, ya no podremos apreciar las imágenes de Paúl ni Efraín podrá recorrer las vías del territorio nacional en la búsqueda de la verdad.

Al paso del cortejo fúnebre todos se quebrantan, sus muertes conmueve hasta las fibras más íntimas de los transeúntes, es indescriptible el dolor que aflora. La caravana de vehículos avanza en silencio, la gente se aglomera sobre las veredas y siente como suyo el dolor de los familiares y amigos.

Sólo la lucha y la tenacidad de sus familiares y amigos ha permitido que vuelvan a casa, aunque ya no en cuerpo y alma. Esta lucha y constancia nos servirá de ejemplo a todos los ecuatorianos.

Los han asesinado, los han acallado, pero la vileza de los asesinos no podrá acallar su ejemplo, no podrán matar nuestra tranquilidad, no podrán secuestrar nuestros derechos, el derecho a la libertad, el derecho a ser informados, el derecho a la libre circulación en el territorio nacional, el derecho a la paz y a la seguridad.

Ya han regresado, ya están en casa ¡Ya no nos falta tres! La lucha ahora deberá ser por conocer la verdad, porque nunca más se repitan estos hechos y porque los responsables de estos crímenes sean judicializados y condenados.

Esta lucha no es solo de los familiares y periodistas, es una lucha de todos los ciudadanos, es una lucha del país, no podemos permitir que el terrorismo, el temor y la violencia socaven a nuestras familias y que nos sintamos rehenes en nuestra propia Patria. El callar, el permanecer cómodos e indiferentes eso sería encadenar nuestras libertades por el temor.

Todos los ecuatorianos debemos unirnos para rechazar la violencia y denunciar esta aberración criminal, el terrorismo, los grupos paramilitares, el narcotráfico y a los funcionarios corruptos e incompetentes e impedir que quienes están en el gobierno oculten la verdad y manejen estos hechos de violencia con cálculo político y que su incompetencia sea premiada con cargos diplomáticos y públicos.

Que no olvidemos a los desaparecidos, a los secuestrados y asesinados. Que jamás permitamos que secuestren y asesinen nuestras conciencias y nuestros derechos, nuestra tranquilidad. Que sus memorias nos enseñen a luchar por la verdad. (O)

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