Corona con misión… / Andrea Manjarrez Ocaña

Columnistas, Opinión

 

A inicios del segundo mes del año en curso, se llevó a cabo el evento Reina de Ambato 2018, con ello tenemos nueva soberana a quien todos y cada uno de los ambateños de cuna y corazón deseamos suerte, bendiciones y éxito en su gestión, pero en el evento también despedimos a una “Reina de Corazón”, quien formó este slogan por llamarlo así, en inicios de su reinado como una frase que auguraba su labor, pero con el pasar del tiempo en casi 365 días se ganó a pulso, por su dedicación y entrega, por cumplir a cabalidad la responsabilidad a ella encomendada.

Con lágrimas cayendo por sus mejillas se despidió de su gente presidiendo aún, por grata sorpresa, la Fiesta de Fruta y de las Flores 2018, con su sonrisa constante le dedicó sus últimos saludos, al adulto mayor, a los niños y niñas, a toda su gente que se quedó encantada con su dulzura y por supuesto belleza no solo física, sino también espiritual, parece que fue ayer, que una jovencita con curiosidad y un poco de temor, tomaba la decisión que por varios años sus allegados esperaban, de ser candidata a Reina de Ambato, con mirada anhelante, con gran ilusión, con un sueño por cumplir, se aventuraba en una experiencia enriquecedora, que dio el fruto esperado de la mano de su familia, empresa auspiciante, amigos y profesionales detrás de su proceso, todos quienes con ella, levantaron el triunfo de llegar a ser entre nardos, orquídeas y claveles, entre claudias, guaytambos, peras y nectarinos la Sexagésima Sexta soberana de la Tierrita Linda.

Después de trabajar incansablemente por su terruño, hoy, es una mujer decidida, con mirada de madurez, que después de recorrer sus calles, con tacones o zapatos bajos, ganandosé el cariño de todos y sumando grandes experiencias, nos dice hasta siempre, no a su gente ni a su afán de trabajo sino unicamente a su título. Judi, Ambato, tu cuna de ensueños, de dulzura, aroma y encanto multicolor, te queda eternamente agradecida. Con ello, una vez más se demostró que el reinado de Ambato, no solo es una cinta sino es una Corona con Misión. (O)

 

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