Cinismo bolivariano

Editorial, Opinión

 

Los gobernantes venezolanos ya no saben qué inventar para justificar su presencia tan nefasta en el poder. Nicolás Maduro lanzó estos días unos mini chips de oro a los que llamo «lingoticos» para que supuestamente los ciudadanos del país llanero. Esto se suma a la disposición gubernamental de criar animales en cada casa para poder proveer de alimentos a los hambrientos venezolanos y a más medidas disparatadas que aparecen en un país absolutamente anormal en todo sentido.

Por si fuera poco, ahora el presidente ha conminado a los compatriotas que han migrado a que dejen de limpiar retretes en otros países y regresen a «vivir la patria». ¿Qué les puede ofrecer Maduro, sin embargo, en el país que se encargó de destruir?

La situación política de Venezuela no parece tener solución pacífica. El control de Maduro de las fuerzas que podrían cambiar la situación es completo y, para colmo, permanente. Hay una sociedad con los altos mandos militares y policiales en delinquir y en participar activamente en el narcotráfico internacional.

Por eso, las recientes declaraciones del presidente español en su visita a Chile -cuando la mayoría de mandatarios han tomado una postura condenatoria- resultan una verdadera vergüenza. En vez de censurar al gobierno madurista su posición es la misma de su antecesor socialista, Rodríguez Zapatero. (O)

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