Carta de Jesús por navidad / Hernán Guerrero

Columnistas, Opinión

Como sabrás nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Hace muchos años que comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe por qué  lo celebran. Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños hicieron una gran fiesta. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme, me dejaron afuera, me cerraron la puerta. ¡Yo quería compartir la mesa con ellos! (Apocalipsis 3,20). Pero nada que ver. Como no me invitaron, se me ocurrió entrar sin hacer ruido, entré y me quedé en un rincón. Estaban todos comiendo y bebiendo, los borrachos carcajeándose, la estaban pasando en grande.

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara. ¿Y sabes? Nadie me abrazó. Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré. Tal vez crean que yo nunca lloro, pero esa noche lloré, me sentía destruido, como un ser abandonado, triste y olvidado. El día de mí cumpleaños alguien me dijo: Como te voy a regalar algo si a ti nunca te veo. Ya te imaginaras lo que le dije: Regala comida, ropa,  ayuda a los pobres, visita a los enfermos, a los niños huérfanos, a los ancianos, a los que están solos y yo lo contaré al señor como si me lo hubieras hecho a mí (Mt. -25, 34-40). Cada año que pasa es peor, la gente solo piensa en las compras, los regalos, en comer el pavo la bebida, las ciudades se alborotan, y de mí que estoy solo ni se acuerdan, recuerdo lo que le sucedió a un anciano llamado Juan, un día de mi cumpleaños anduvo de casa en casa pidiendo posada, sin que nadie lo invitara a pasar, se dio por vencido  Se sentó en una banqueta y se puso a llorar como un niño, yo pasé junto a él y le pregunté: ¿Qué te pasa Juan? Es que nadie me invitó a pasar, me respondió, yo me senté a un lado de él y le dije, no te apures que a mí tampoco me han dejado entrar. Pero toda paciencia tiene su límite aun la mía.

Sabes voy a contarte un secreto: He pensado que como nadie me invita a la fiesta que han hecho, estoy pensando en hacer mi propia fiesta, una fiesta grandiosa como la que jamás se hubieran imaginado. Una fiesta espectacular con grandes personalidades: Abraham, Moisés, el rey David y otros todavía estoy haciendo los últimos arreglos por lo que quizá no sea éste año. Estoy enviando muchas invitaciones, en especial aquellos que se acordaron  de los más necesitados, y hoy querido amigo hay una invitación pata ti. Solo quiero que me digas si quieres asistir y te reservaré un lugar y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados. A esta fiesta solo habrá invitados con previa reservación y se quedarán afuera los que no contestaron mi invitación, prepárate que cuando estese lista la fiesta. Te daré una sorpresa ¡hasta pronto !!! (O)

Mail: heguerrero9@hotmail.com

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