Buses mortales / Esteban Torres

Columnistas, Opinión

 

Son preocupantes los frecuentes accidentes de tránsito en el país. Principalmente de buses interprovinciales, que dejan varias víctimas mortales en cada siniestro.

La alta velocidad, imprudencia y el cansancio de los conductores son algunas de las razones. Otras, aún más pintorescas e inverosímiles, pasan por cargar a un bus completo con marihuana y desequilibrarlo en las peligrosas curvas de la Quito-Papallacta.

¿Qué está sucediendo con los controles que las autoridades deben realizar a estos transportes, a las cooperativas que los amparan y a sus conductores? ¿Por qué, si las vías ya no son tan malas como antes, siguen los accidentes en índices hasta más altos que en décadas anteriores?

En países más desarrollados el control, incluso remoto a los autobuses, es una tarea que no se pasa por alto. Se reconoce lo delicado de transportar entre treinta y cuarenta personas al mismo tiempo a distintas ciudades y provincias. No se diga el transporte entre buses que cruzan fronteras nacionales. Existen dispositivos en cada bus que verifican la velocidad y las paradas obligatorias que tienen que hacer los choferes cada cierta hora. Que revisan las condiciones físicas de cada vehículo y que sancionan sin contemplaciones a cualquier infractor. ¿Acaso no se puede invertir en tecnología para asegurar la seguridad de los pasajeros?

Adicionalmente, en el Ecuador se está permitiendo la voraz importación de buses chinos que tienen menos seguridades que los buses fabricados en el país -principalmente en nuestra provincia- y que, a través de una sospechosa e ilegal práctica que debe ser investigada, están siendo impuestos a los miembros de cooperativas para poder operar. Estos buses son quizás los más peligrosos y los protagonistas de varios de los accidentes que vemos todos los días en las noticias. (O)

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