Bares Escolares  / Editorial

Editorial, Opinión

 

Las jornadas diarias de actividad en las escuelas y colegios tienen la duración entre cinco y seis  horas,  con tiempos  dedicados para el recreo,   que para los niños resultan largas y cansadas y que los maestros tienen que hacer amenas las clases, como en efecto sucede, ya que es parte de la acción pedagógica.

La alimentación a media mañana es indispensable para los niños y adolescentes, que requieren reponer el desgaste del trabajo que realizan.  Los alimentos  seleccionados por las madres, que más conocen las necesidades de sus vástagos  llevan desde la casa. Esta costumbre no se la puede dejar de lado, se debe mantenerla.

No obstante, existen los bares escolares -que deberían ser supletorios-  para atender los requerimientos alimenticios de los niños,  que por varias causas no llevan desde la casa. Estos bares son autorizados  por las autoridades educacionales luego de cumplidos los requisitos preestablecidos. Hasta el momento ha sido seleccionados cincuenta y seis bares en la provincia; se espera  que este número aumente.

Es indispensable el control de calidad de los alimentos  preparados en los bares, que son consumidos por los menores. Deben existir comités especiales conformados por las autoridades cada plantel educativo y por  las madres de familia, para ejercer este control de calidad en forma periódica.

La salud integral de los menores ha de ser prioritaria ya que, en gran medida, depende de la ingesta de alimentos sanos, nutritivos y elaborados con exigentes normas de higiene. (O)

 

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