La tarabitera del don Bernardo de Darquea. 1810 / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión



Ella y su marido vivían “en las puertas de Quillán”. Ella y su marido es como si se hubiesen encontrado en mi camino para que yo les cuente su historia. Ellos eran los tarabiteros del hombre más importante que estaba viviendo en Jambato después del terremoto de 1797. ¿Vivían en su hacienda de Quillán? Don Bernardo vino a “reconstruir la villa” y la región azotada por el cataclismo de 1797. En este año de 1810, ella va a morir angustiada y dejando “en la mayor miseria dignos de lástima” a sus 7 hijos. ¿Por qué estos importantes y rememorados señores fueron tan duros de alma con su propia servidumbre? Escribo estas cosas y hay quienes me salen en defensa de sus equivocaciones. Toman partido por ajenos que frente a los documentos evidencian la controvertida conducta humana:

“Petrona Ortiz residente en las puertas de Quillán, mujer legítima de Agustín Cunalata, ante Ud parezco y digo= que hallándome ante los umbrales de la muerte me veo obligada a hacer este memorial al señor juez, y haciendo narración de todo  por mi pobreza lo he servido a mi amo Señor Don Pedro Darquea de tarabitera, 2 años y 6 meses, dándole un peso de semana de lo que caía de dicha tarabita; mi finado amo Don Bernardo Darquea me ofreció 8 pesos de salario al año y murió antes del año de mi servidumbre, por lo que suplico encarecidamente que mi trabajo personal le paguen a mi marido Agustín Cunalata a que se mantenga con mis siete hijos que quedan todos vivos y en la mayor miseria dignos de lástima;

Lo que serví a mi finado amo señor Don Bernardo que se me pague, y los 2 años 6 meses que he servido a mi amo  Señor Don Pedro Darquea; el trabajo de mi marido es por separado que es concierto y queda  trabajando en la labranza; así mismo le pagarán según las cuentas que se liquiden ante el señor Corregidor; vuelvo de encarecer tocante a mi trabajo que me atenderá dicho señor Corregidor que se me pague siquiera por mis siete hijos que quedan de menor edad, aspirados a la divina misericordia; y asimismo encarezco  que si no dan  ni pagan mi trabajo en plata que se pase en el trabajo de la deuda de mi marido  que está debiendo a la hacienda; de todo espero que tendrá efecto mi encarecimiento pues es justicia lo que pido, sin oprobio de mi alma.- Quillán y Junio 13 de 1810”.- Consta la firma de Petrona Ortiz. (Archivo Ambato).

Según deducimos, los tarabiteros de esa época habrían trabajado templando las cuerdas o las sogas para que recorra la tarima entablada en la que se subían los productos y la gente para cruzar el río Ambato. En otros documentos que he publicado, he dado testimonio de la existencia de varias tarabitas entre Atocha y Ficoa; igual que las había sobre el río Patate hasta las goteras mismas de Baños.

¿Qué es lo que nos cuenta el marido viudo en un trámite que ya dura 5 años hasta 22 de Agosto de 1815 y sin respuesta?:  “Agustín Cunalata indio del anejo de Pasa, términos del pueblo de Quisapincha  por no ser capaz de explicar verbalmente parezco por medio de este memorial ante V. y digo: que hacen algunos años  que me sujeté a servir en la Hacienda de Quillán  del caballero Don Pedro Darquea y no acomodándome el procedimiento  del Mayordomo pedí cuentas, lo que se efectuó  con intervención del relato mayordomo Don José Espín, quien me alcanzó en la cantidad de 18 pesos por los que otorgó fianza mi suegra Juana Ocaña y Gregorio Moposita  con anuencia del Protector  Don Manuel Garrido, y después de esto pasé a trabajar  en dicha Hacienda  en compañía de dos entenados míos quienes asistieron 6 meses que contando por uno hace un año, y por consiguiente yo he trabajado dos años con interpolación con que por buena cuenta son 3 años  en que corresponde alcanzar a la Hacienda aún rebajando algún socorro  que he percibido, a que se agrega que se debe pasar 20 pesos del servicio de 2 años  6 meses de ocupación en la tarabita a razón de 8 pesos por año que le asignó el señor don Bernardo Darquea (que en paz descanse) y bajo de este mismo supuesto siguió en aquel servicio… y deja declarado en su memorial que se me abonó en una cuenta la que hago manifestación porque en virtud de ella  se haga mérito en mi favor” . (O)

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